BABALÚ AYÉ
Hasta hace poco, yo no tenía idea del significado de esta
palabra, pero preparando documentación para un viaje a Cuba en Diciembre del
año pasado, salió este nombre.
Babalú Ayé, en la religión Yoruba es uno de sus dioses y en
la Santería Cubana es representado por San Lázaro. Observé que el 17 de
diciembre se celebraba el día del culto en una ciudad cerca de la Habano
llamada El Rincón.
Organizando el viaje comprobé que podía destinar un día o
dos a realizar un reportaje de esa festividad, busque fotos por internet y
quedé muy impresionado de hasta dónde llega la devoción de las personas y especialmente la de los cubanos por Babalú
Ayé o San Lázaro.
Me acompañaron durante el viaje, mi amigo Joan y mi hijo
Pablo. Una vez en La Habana, tuvimos que alquilar un coche para tener
movilidad, que nos permitiera desplazarnos a El Rincón y regresar con total
libertad. El día 14, ya nos acercamos
para tener una toma de contacto con el lugar, la iglesia y los fieles. Toda la
gente nos asusto diciéndonos que el día 17 se desplazan tantos devotos que
sería imposible realizar el camino de va desde
Santiago de las Vegas a El Rincón, que es el trayecto típico que
realizan los fieles con sus ofrendas.
Tanto nos aconsejaron que ese día era imposible caminar que decidimos
acudir el día anterior, o sea el 16 . Llegamos allá las 9 de la mañana con
nuestro flamante vehículo Chino, lo dejamos adecuadamente estacionado, para
tener la vía de salida más o menos encaminada y cerca de Santuario.
La infinidad de Puestos de venta callejero con imágenes del
Santo, hacían su agosto vendiendo todo lo relacionado con San Lázaro. Habían
esculturas de tamaño superior al de una persona.
Poco a poco venia acudiendo más gente y cada vez la
penitencia era más fuerte, de repente un chico iba arrastrándose por el camino
con puro en la boca, repleto de imágenes
del santo y una cajita con dinero para entregarlo en el Santuario. En principio
esto te sorprende, pero no fue nada conforme iban pasando las horas. Señoras de
rodillas, llorando, otro dando vueltas para ir avanzando, otros con cadenas.
Muchos vestidos con traje de saco y color violeta, en honor a la vestimenta que
el santo llevaba y su color característico.
También había multitud de casetas de comidas asando puerco
al fuego y luego te lo ponían en un bocadillo y cerveza y a seguir haciendo
fotos.
Entrada la tarde ya era un hervidero de gente, tanto hombres
como mujeres iban fumando habanos y dentro de la pequeña Iglesia el calor y el
humo empezaba a ser inaguantable. El Cura que iba diciendo misa, rogaba una y
otra vez que no se fumara dentro del templo, pero los devotos no hacían ni
caso. El fumar Habanos y la santería en Cuba son dos cosas muy unidas que aun
no he descubierto.
Tras caer el sol, seguía viniendo cada vez más gente, yo no sé
de donde salían pero era un hervidero y
conforme pasaban las horas la pasión por Babalú se respiraba mas en el
ambiente,
Gente en trance aclamando al Santo, quemándose con cirios
encendidos, llegando con las rodillas ensangrentadas, repletos de ron, o sea un
espectáculo fuerte donde los haya, por lo menos para nosotros que no estábamos
acostumbrados a tales actos.
Hacia media noche nuestras piernas no aguantaban mas y
aunque las Canon nos decían quédate, decidimos irnos dando por finalizado nuestro encuentro con Babalú Ayé ,
dejando el día siguiente, el 17 día de la festividad , para otro viaje a ese
gran país y su inmejorables habitantes.
Xavier Ferrer